Dame Tu Voz

Por. Karol Bolaños

Deja de buscar la opinión de las invisibles, ellas no cuentan, su voz es imperceptible, carecen de importancia y sus ideas no tienen eco.
¡Mira!
Todos te exaltan, una vez más.
¿Será porque les da la impresión que has hecho magia o les entregaste el material que pedían?
Tal vez, en esta época, cuando el tiempo ha muerto y todo es banal; resulta fundamental jugar con las emociones de los demás para salir victorioso en ego.
Contagiar, como peste indomable y asesina, contagiar.
No en vano, la tristeza, el agradecimiento, la nostalgia, la añoranza, el desidio, la alegría, el aburrimiento, la esperanza y la aceptación aparecen como ideas en cerebro recién adiestrado para el placer de sentir.
No hay asombro, todo el mundo juega con todo el mundo; las emociones son sólo un juego para los inteligentes y las usan para salirse con la suya.
Tú hiciste eso, lo vienes haciendo y no paras, te seduce y da placer hacer sentir.
¿Ego, enfermedad, vanidad o perdición?
¡Basta!
No eres tú, soy yo quién se pierde en el olvido, en el rincón de aislamiento, en espejismos, rutinas y fragilidades.
Tu cambio, aceptación y agradecimiento me es indiferente.
Todo sabe literalmente a hongo de monocultivo, es decir, sabes nada.
No fuiste, no serás un alguien para una invisible, a menos que me des tú voz y me pierda en el regocijo de tus palabras.