Por. Karol Bolaños
Tanto de lo mismo por las calles de la ciudad luz.
Mucha gente, pocas personas; muchos ojos, pocas miradas; muchas bocas, poca conversación; muchos candados, poco romance.
Mucho mundo, pocos franceses; mucho latinoamericano, poca semejanza; todo caro, muchos comprando; mucha riqueza cultural, poco tiempo para disfrutarla.
París, la ciudad luz, la joya turística de Francia, el paso obligado de los migrantes, la mil veces invadida, el epicentro de la confluencia de ideas, el centro de la agitación política y la cumbre de la diplomacia.
Paris, ciudad de ricos, con pobres improvisando cierta elegancia para acomodarse en el emblema.
Paris, ciudad de contrastes, contradicciones, multidimensional y pluricultural.
París, ciudad de todos, territorio de nadie; ciudad hecha a la medida de lo enorme, habitada por una minoría; sinónimo de tanto, antónimo de nada.
En todo caso, siempre tanto por descubrir como un libro de Baudelaire o una pintura de Renoir.
Oh la là!
Me gustaLe gusta a 1 persona