Respeto Porque Ahora Nos Toca Ser Otros

Por. Karol Bolaños

¿Será mucho ofrecer para recibir lealtad y honestidad? Al parecer en estos nuevos códigos de humanidad es demasiado.

Ya la gente se vende por tres pesos, mata por dos y traiciona por uno. La palabra no tiene sentido, porque cualquiera la deshace en favor de cualquier materia.

En esté instante pienso en esa gente desleal, deshonesta, competitiva, tramposa, envidiosa y mentirosa. Esa gente en la que se suele confiar tanto que cuando apuñala daña mucho más que los órganos vitales.

Pienso en esa gente porque he logrado entender su modus operandi, su instinto primario y su precaria consistencia humana.

Al fin, es evidente eso de ganar el corazón para dominar la razón.

Claro, siempre resulta eficaz tener una persona confundida para que esté atrapada en pequeñas cosas, creyendo en una manada que no existe y esperando un poco de reconocimiento que jamás llegará.

Mientras tanto, las grandes reservas de valor (entiéndase en el sentido que se quiera) son para los y las intocables que no han hecho nada más que trabajar para ganar.

Porque no lo dicen pero es evidente que están en una competencia por ser Él o La más y como en todo empleo solo esperan su fin de mes para cerrar caja.

La realidad que las palabras no dejan ver es que la prioridad es única y exclusivamente, sí mismo.

Sí, esos pequeños narcisistas no hacen otra cosa que envolver en sus discursos donde fingen hacer por otros y otras. Pero no dicen que eso sólo se trata de un contrato para mantener sobrios y apetitosos estilos de vida.

Ellos y reducidas veces ellas, viven de la mentira, de una persona inventada y de atrapar incautos para garantizar los flujos de sostenibilidad sin ser objetivo. Es por esto que, su constante manto y espanto los protege.

Admito que su inteligencia me impresiona, su capacidad de convencimiento es auténtica, su poder de oratoria es hipnotizante, su poder de convertir lo feo en bonito es avasallante y el resentimiento que puede generar es preocupante.

A estás alturas donde todos y todas cumplieron su papel histórico, siguiendo con sus vidas de trabajo bien remunerado o recogiendo los pedazos de vida que le quedaron, sólo queda dejar atrás ese profundo resentimiento por lo forzado.

Al fin llegamos al punto común donde sólo puede importar sí mismo, donde el olvido se convierte en un salvavidas para sobrevivir, donde el sin nombres no hay acusaciones y sin detalles no hay relatos.

El momento donde no nos debemos nada, ni amor, ni amistad, ni lealtad, menos honestidad. Pero donde siempre sabremos lo que hemos sido y lo que implica meterse en el camino de cada uno que ha probado poder de algún tipo.

He aquí el punto, porque volviendo al inicio finalizó. Ya no es tiempo de abogar a lo inexistente, nos sabemos, nos conocemos, no hay nada oculto, somos el personaje que nos tocó ser en esta historia y no nos queda más que respeto para vivir lo que nos toca ser ahora.

Anuncio publicitario

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.