Por. Karol Bolaños
Días y días de protestas en América del Sur. A lo bruto y criminal se alteran los egos dejando como balance un golpe de Estado, personas sin ojos, mujeres violadas por fuerzas estatales, saqueos, jóvenes muertos, heridos de gravedad, hostigamiento en las ciudades, toques de queda, mentiras de los gobernantes y propagación de la violencia.
En medio de los disfraces de la razón y la verdad los medios de comunicación se encargan de atisbar los ánimos, disminuir la fuerza de las protestas y ponerse en evidencia por estar al vil servicio de los gobiernos. Vergüenza! No existe, mienten, le quitan poder a los pueblos y se supeditan a los gobernantes que saben pagar la propagación de mentiras.
Un francés piensa que si las cosas que están pasando en Colombia pasaran en Francia, las movilizaciones serían más vigorosas, violentas y ambiciosas, sería impensable la quietud de los y las ciudadanas, se aferrarían a la idea de ser ciudadanos y ciudadanas y pelearían como en tiempos de la revolución contra sus mandatarios. Sacarían la guillotina y de ser preciso la utilizarían contra la cabeza del poder.
Piensa una, pero ¿cómo será posible que un país “desarrollado” tenga más capacidad de reacción que un país donde la violencia ha sido el pan de cada día desde su creación, un país donde la pobreza se está comiendo rápidamente todo lo maravilloso, un país donde no existe el derecho a vivir y menos a morir dignamente?
– Es sencillo: existe un grave problema de educación y sobre-consumo. La gente, el común del pueblo colombiano, tiene tantas necesidades que cubrir que sigue al que le pueda ayudar a mitigar un poco tanta pobreza y olvido, fácilmente le vende el alma al diablo por unos pesos que le permitan cuatro cosas fundamentales: tener un buen “celular”, garantizar los datos para estar siempre conectados, tener buena pinta y propagar un buen olor.
Ante esto, ¿a quién se le ocurre tirarle flores a los que abusan violentamente contra los pueblos que tienen derecho a protestar, contradecir y hasta rebelarse ante la injusticia? ¿Cómo es posible que ante los abusos de la clase dirigente nacional y extranjera las manifestaciones se queden supeditadas a la fiesta popular y el ruego para ser escuchados?
– Simple: La información y la conexión son armas de doble filo contra los focos de poder y también contra el foco de cambio de la nación con sueños de paz. La vaina es que rueda de todo por la red y lo complejo es la incapacidad de procesamiento de la información. Los mensajes llegan y muchos comprometen su palabra, algunos llegan al acto, lo difícil es ver el desarrollo. Unos viven soñando que haciendo una fiesta se cambia todo lo que no está funcionando y zas aparece la única respuesta que sabe dar la clase dirigente para mantenerse en el poder, LA VIOLENCIA.
¡Asombro y desconcierto!…
Queridos compatriotas si hubiesen prestado atención a las “peligrosas” clases de ciencias sociales se hubiesen dado cuenta que nunca ha existido una respuesta diferente ante las protestas y siempre las voces de nuestros principales líderes han sido silenciadas. En Colombia los fieles criollos, descendientes de la “madre patria” y conservadores de las buenas maneras siempre han solucionado las cosas matando, mal educando, desinformando y sospechando.
¡No hay asombro, ni desconcierto y menos vergüenza!
Ahí es donde entran en juego las convicciones, la educación, la capacidad de análisis de la situación; y entonces, si estamos preparados sobrepasamos todas las barreras y al fin confrontamos nuestros miedos, reclamamos y logramos dar un viraje a nuestro país. ¡Al fin, por fin!
Pero no, Colombia no es el resto de América Latina, mucho menos Francia, aunque copió en letras su modelo de nación, no se parece en lo más mínimo. Así que la realidad es que la población colombiana está tan sedada que la violencia ha logrado reducirla una vez más. El común del este país le preocupan más las fiestas de fin de año, estar bien presentados y perfumados. Entonces, lo importante no se alcanza a descifrar… Así que se viene otro año igual o peor. Mientras tanto que siga reinando la resignación perpetua de ser un pueblo folclórico, fiestero y olvidado. ¡Como en cien mil años de pobreza, olvido y desolación!
Para finalizar quiero darle mis más sinceras felicitaciones a los padres y madres de jóvenes despiertos, inteligentes, curiosos y fuertes que salen a las calles a exigir un país mejor para crecer. Definitivamente esto es lo más hermoso y esperanzador.
También, extiendo mis condolencias a aquellos que han perdido a sus hijos en esté periodo de movilizaciones, no es una novedad que los gobiernos maten a sangre fría; sin embargo, el dolor que alberga en el corazón de una familia que ha perdido un diamante es demasiado doloroso. Les deseo fuerza y voluntad para emprender el camino de exigencia y esclarecimiento de estas dolorosas pérdidas.
A todos y todas aquellas que siguen creyendo en las protestas como mecanismos de transformación en las naciones les agradecemos por poner de manifiesto las necesidades de nuestros territorios: Fuerza y más fuerza, jamás olviden que el tropel siempre está a la orden del día porque el ojo vigilante no descansa y siempre quiere castigar. Recuerden protegerse unos a otros porque unidos somos más fuertes. A los y las que se sientan a las mesas a dialogar que eviten negociar en beneficio propio, recuerden que ¡las mayorías siempre los recordarán!