¿Y tú, dónde estás?

Por. Karol Bolaños

La guerra es para egoístas, avaros, imbéciles, brutos, desesperados y soñadores.

Por un lado, están aquellos que libran las batallas de otros y otras, los que están obsesionados por utilizar armas, los que les apasiona la idea de ver correr sangre, aquellos que les seduce el olor a visceras en descomposición, aquellos que serían capaces de desaparecer su maldad de cualquier forma, los que sienten que existe el equilibrio dominando a los más frágiles y los que tienen serios patrones de psicosis.

También tenemos a los y las que hacen las guerras con su mentalidad, los abanderados de la megalomanía, los hombres y mujeres de negocios sádicos. Entre ellos y ellas, están los constructores de armas, los políticos, los mafiosos, los señores de la guerra, los «comerciantes», los más ricos de la faz de la tierra, los herederos, los propagandistas. Aquellos a los que no les importa nada y nadie, solo sus ganancias. Ellos y ellas son amigas de todos y todas, siempre y cuando compren su material.

No podríamos olvidar a los y las soñadoras, los que hacen la guerra porque no queda más, los y las que empiezan con ideas y terminan con obstinaciones.

Finalmente, están los brutos e imbéciles, sorteando los azares de la vida, señalando a otros y otras de su desventura, y convirtiendose en presa fácil para la carnicería humana.

¿Y tú, dónde estás?